Astrochefs, la empresa canaria autora de las tapas volantes, lleva el invento a la NASA
Cuando un grupo de investigadores de varias disciplinas, con la participación del cocinero Diego Schattenhofer, logró que la comida volara, el asombro de los líderes gastronómicos llegó a todos los rincones del planeta. Sus pequeñas y deliciosas tapas se elevaron de sus platos, como una metáfora de su calidad en los fogones.
Schattenhofer, jefe de cocina del Restaurante de Hotel Villa Cortés, ofreció ayer una muestra de sus premiadas tapas voladoras dentro del Foro Universidad Sociedad Cocinarte que se celebra esta semana en La Laguna. Varios científicos de Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) se unieron hace años al cocinero de origen argentino y lograron en 2010 el premio a la innovación tecnológica 2010 que entrega anualmente la cumbre gastronómica Madrid Fusión. Desde entonces, este invento ha llevado el nombre de Canarias por todo el planeta, desde Japón a Australia pasado por la Agencia Espacial Norteamericana, la NASA.
La empresa que han fundado juntos los científicos y el cocinero se llama Astrochefs. "Hasta el momento hemos facturado 300.000 euros con este sistema en todo el mundo, aunque en Canarias solo hemos vendido dos", explicó Schattenhofer. Cada uno de estos sistemas, basado en un campo magnético que sostiene los platos en el aire, cuesta unos 1.600 euros.
Pero ahí no queda la pasión por la creación y la innovación de este cocinero. "Creo que la creatividad se puede inyectar y el secreto está en los libros, en los viajes y en las conversaciones que mantenemos", indicó. "Paso la mayor parte de mi tiempo pensando en la cocina", añadió.
Este equipo de cocineros también ha patentado otros inventos ingeniosos. Han sido los primeros en España en trabajar con hielo seco en pastillas. Para demostrar que el ingenio no tiene límites, han elaborado una forma de obtener un concentrado de olores que recopila el aroma de las faldas del Teide. Al verter este líquido sobre cubiteras llenas de hielo seco, los cocineros que ayer participaron junto a Schatenhoffer en la exhibición culinaria consiguieron traer hasta el antiguo convento de Santo Domingo los olores primaverales de las faldas del afamado pico tinerfeño.
Otra de las sorpresas fueron las papas bonitas de oro, plata y bronce. "Las papas arrugadas están muy vinculadas a la cultura canaria, pero nosotros trabajamos principalmente para un público extranjero que encuentra en esta forma de presentarlas un atractivo más", precisó el chef.
Para cubrir de metales uno de los platos más característicos de las Islas, Schattenhofer emplea unos polvos especiales a modo de colorante. "Le da un juego especial a la presentación del plato. La gente habla mucho de ello", matizó.
Pese a que lo principal es el sabor, como en cualquier cocina que se precie, el cocinero argentino asentado en Tenerife valora "la capacidad de ofrecer un efecto visual y de hacer cosas diferentes". Los helados con nitrógeno líquido son el último de sus experimentos. Ciencia y gastronomía se dan la mano "para llevar los ingredientes y el nombre de Canarias lo más lejos posible", concluyó.
Fuente: Laopinion
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